Con motivo de la conmemoración del 78 aniversario de la II República se ha celebrado esta mañana un acto en el Paraninfo de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, organizado por las Juventudes Comunistas de Madrid y que ha tenido como conferenciantes a Julio Anguita, ex coordinador General de IU y ex Secretario General del PCE y al actual Coordinador General de IU Cayo Lara.
La intervención de Cayo Lara giró en torno a la crisis económica y a los motivos de la misma. Abordó con especial énfasis el problema de la vivienda y la especulación inmobiliaria. Buscó el origen del problema en el modelo de crecimiento especulativo fraguado en torno a este sector y reiteró la propuesta de IU de que el Estado asuma la compra de un millón de viviendas y las oferte a precio de coste.
En su ágil intervención, salpicada de ejemplos del día a día recogidos a pie de calle sobre los efectos de la crisis en los trabajadores y utilizando en muchos momentos la ironía arrancando con ello a menudo los aplausos de un público de estudiantes jóvenes que llenaba la sala, Cayo Lara se refirió también a las razones por las que muchos ayuntamientos han sido presa fácil de la especulación inmobiliaria. A su entender, “la financiación de los ayuntamientos es un tema no resuelto en nuestro país, y muchas alcaldías acudieron se entregaron en manos de un crecimiento inmobiliario salvaje y caótico porque eso significaba una entrada de ingresos para las arcas de los municipios”.
Aprovechó Caya Lara la ocasión para una vez más referirse a lo injusto de la ley electoral y al agravio que supone que IU necesite más votos que otras fuerzas políticas para obtener un diputado.
Asimismo denunció Cayo la desvergüenza que ha supuesto la sesión en el parlamento a puerta cerrada, sin la presencia de los medios de comunicación, para debatir el tema de las incompatibilidades de los cargos públicos tras saberse que la mayor parte de los diputados compaginan su actividad política parlamentaria con sus negocios privados. Lara denunció esta actuación opaca de nuestro parlamento y elogió el comportamiento del grupo de IU que se negó a que el debate se celebrase con ausencia total de transparencia.
Finalmente, y aunque ironizando dijo que no pedía el voto para IU en las próximas elecciones europeas por que no está permitido hacerlo, sí recomendó al auditorio que se lo fuese pensando.
Julio Anguita intervino largamente explicando que la crisis es más que la crisis de un modelo de crecimiento, “es una crisis de civilización”, pues implica el fracaso y la quiebra de todo un sistema de valores culturales que impregnan nuestra manera de vivir y de pensar.
Abogó por un nuevo sistema de valores que rechace de plano una forma de entender la economía basada en los automatismos del mercado. Recordó que la interpretación liberal de la mano invisible que mueve el mercado y argumentó en contra de lo que él llamó “la trinidad capitalista”, esto, es: la mistificación del mercado; la competitividad; y el crecimiento sostenido.
Al hilo de elementos que habían sido desgranados por Cayo en su intervención anterior, se refirió igualmente a un modelo de actividad política mercantilizado, “yo no vendo nada, expongo un proyecto político”, vino a decir, en alusión a aquellos que entienden la política como un espectáculo o una mercadería. Recordó casos semejantes de opacidad en el Parlamento como el relatado por Lara cuando él era diputado
La financiación de la Iglesia, la complicidad de la judicatura con el poder y otros temas de la vida política y económica centraron la intervención de Anguita con constantes referencias a la historia de España en la que según Julio, tienen su anclaje todos estos problemas.
Anguita declaró que él es partidario de la República, pero se preguntó que de qué República y argumentó que “él no se iba a poner a favor del Rey pero que tampoco movería un dedo por una República traída por la derecha. “Los cañones argumentales de los republicanos no pueden ser sólo desalojar al inquilino de la Zarzuela”.
Desgranó prolijamente los siete ejes sobre los que debe asentarse un proyecto de construcción republicana:
- Supeditación de la economía al bien público. El destino final de la economía la da el colectivo.
- Democracia radical.
- Laicidad
- Austeridad
- Cultura popular
- República federal
- Construcción federal Europea.
Julio Anguita concluyó advirtiendo severamente que “la República no va a venir, la tenemos que traer” apostilló: “antes de redactar la constitución republicana, hablemos de la fuerza democrática que la sustenta”.
La intervención de Cayo Lara giró en torno a la crisis económica y a los motivos de la misma. Abordó con especial énfasis el problema de la vivienda y la especulación inmobiliaria. Buscó el origen del problema en el modelo de crecimiento especulativo fraguado en torno a este sector y reiteró la propuesta de IU de que el Estado asuma la compra de un millón de viviendas y las oferte a precio de coste.
En su ágil intervención, salpicada de ejemplos del día a día recogidos a pie de calle sobre los efectos de la crisis en los trabajadores y utilizando en muchos momentos la ironía arrancando con ello a menudo los aplausos de un público de estudiantes jóvenes que llenaba la sala, Cayo Lara se refirió también a las razones por las que muchos ayuntamientos han sido presa fácil de la especulación inmobiliaria. A su entender, “la financiación de los ayuntamientos es un tema no resuelto en nuestro país, y muchas alcaldías acudieron se entregaron en manos de un crecimiento inmobiliario salvaje y caótico porque eso significaba una entrada de ingresos para las arcas de los municipios”.
Aprovechó Caya Lara la ocasión para una vez más referirse a lo injusto de la ley electoral y al agravio que supone que IU necesite más votos que otras fuerzas políticas para obtener un diputado.
Asimismo denunció Cayo la desvergüenza que ha supuesto la sesión en el parlamento a puerta cerrada, sin la presencia de los medios de comunicación, para debatir el tema de las incompatibilidades de los cargos públicos tras saberse que la mayor parte de los diputados compaginan su actividad política parlamentaria con sus negocios privados. Lara denunció esta actuación opaca de nuestro parlamento y elogió el comportamiento del grupo de IU que se negó a que el debate se celebrase con ausencia total de transparencia.
Finalmente, y aunque ironizando dijo que no pedía el voto para IU en las próximas elecciones europeas por que no está permitido hacerlo, sí recomendó al auditorio que se lo fuese pensando.
Julio Anguita intervino largamente explicando que la crisis es más que la crisis de un modelo de crecimiento, “es una crisis de civilización”, pues implica el fracaso y la quiebra de todo un sistema de valores culturales que impregnan nuestra manera de vivir y de pensar.
Abogó por un nuevo sistema de valores que rechace de plano una forma de entender la economía basada en los automatismos del mercado. Recordó que la interpretación liberal de la mano invisible que mueve el mercado y argumentó en contra de lo que él llamó “la trinidad capitalista”, esto, es: la mistificación del mercado; la competitividad; y el crecimiento sostenido.
Al hilo de elementos que habían sido desgranados por Cayo en su intervención anterior, se refirió igualmente a un modelo de actividad política mercantilizado, “yo no vendo nada, expongo un proyecto político”, vino a decir, en alusión a aquellos que entienden la política como un espectáculo o una mercadería. Recordó casos semejantes de opacidad en el Parlamento como el relatado por Lara cuando él era diputado
La financiación de la Iglesia, la complicidad de la judicatura con el poder y otros temas de la vida política y económica centraron la intervención de Anguita con constantes referencias a la historia de España en la que según Julio, tienen su anclaje todos estos problemas.
Anguita declaró que él es partidario de la República, pero se preguntó que de qué República y argumentó que “él no se iba a poner a favor del Rey pero que tampoco movería un dedo por una República traída por la derecha. “Los cañones argumentales de los republicanos no pueden ser sólo desalojar al inquilino de la Zarzuela”.
Desgranó prolijamente los siete ejes sobre los que debe asentarse un proyecto de construcción republicana:
- Supeditación de la economía al bien público. El destino final de la economía la da el colectivo.
- Democracia radical.
- Laicidad
- Austeridad
- Cultura popular
- República federal
- Construcción federal Europea.
Julio Anguita concluyó advirtiendo severamente que “la República no va a venir, la tenemos que traer” apostilló: “antes de redactar la constitución republicana, hablemos de la fuerza democrática que la sustenta”.
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